miércoles, 9 de noviembre de 2016

Silencioso y mortal

Al rededor del 9% de la población argentina arriesga su salud día a día al tener relación directa con la Cuenca Matanza Riachuelo gracias a la inminente contaminación de suelo, aire y agua que produce. Son los vecinos quienes están expuestos a sufrir desde hepatitis, cáncer o dengue hasta alteraciones neurológicas gracias al estado del Riachuelo.

La enorme superficie (2.200 km2) genera una división en tres sectores: baja, media y alta. LA zona baja desemboca en el Río de la Plata y en donde más habitantes hay; la media es semiurbana y finalmente la alta donde casi no hay habitantes y la contaminación es muy baja. La superficie abarca una gran cantidad de partidos del Conurbano Bonaerense y Capital, entre ellos se encuentran Almirante Brown, Avellaneda, Cañuelas, Esteban Echeverría, Ezeiza, La Matanza, Lanús, Las Heras, Lomas de Zamora, Marcos Paz, Merlo, Morón, Presidente Juan D. Perón y San Vicente.

No por nada la zona baja y más habitada de toda la cuenca, es la más contaminada. La falta de infraestructura y cuidado que acompañe el gran crecimiento urbano en la zona es una de las grandes causas de contaminación que se le puede atribuir a la zona. Existen grandes asentamientos de personas viviendo en situaciones precarias a los costados del río que ponen su salud en riesgo al vivir allí. No cuentan con servicios de salud básicos como cloacas o desagües pluviales y la cuenca fluye, dejando a su paso en sus márgenes cantidades de basura, residuos químicos y basura de toda la ciudad.

 La contaminación nos está matando y somos nosotros quienes nos debemos hacer cargo y salir de la ingenuidad. Miles de habitantes conocemos el río y a pesar de lo molesto que es, solemos culpar a la sociedad, a las industrias o al gobierno, cuando todos somos culpables.

Para su saneamiento hoy en día hay emprendimientos que intentan recuperar el río. Uno de los más conocidos es el de Acumar, que hace ya varios años intentado limpiar la cuenca y descontaminar el río tratando de colaborar para poder reducir nuestro impacto en la cuenca de la Matanza Riachuelo y a toda la zona que rodea.

¡Nunca es tarde para recuperarnos!

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